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domingo, 5 de mayo de 2019

Ensalada de Palitos de Mar

Ingredientes (para 3-4 personas)

La ensalada: 8 palitos de mar (120 g), 1 tomate (200 g), 1 huevo cocido, 30 g de espinacas frescas o lechuga, 1/4 de manzana (40 g), 1 rodaja de cebolla (20 g) y aliño de salsa rosa.

La salsa rosa: 50 g de mayonesa, 15 g de Kétchup, 5 cc de vermut, 10 cc de zumo de naranja, un poco de la ralladura de un cítrico (lima, limón, naranja), 1/2 cucharadita de mostaza (5 g).

Elaboración:

La ensalada: Se cortan los palitos de mar en rodajas finas. El resto de los ingredientes se cortan en cubitos muy finos (2-3 milímetros de lado). Las espinacas o lechuga se cortan en juliana muy fina. Se mezclan todos los ingredientes en una ensaladera y se aliña con la salsa rosa.

La salsa rosa: (Ver receta en blog): En Thermomix, se introducen todos los ingredientes en el vaso y se mezclan 30 seg/vel 6De la manera tradicional: Se colocan todos los ingredientes en un bol y se mezclan hasta conseguir una salsa homogénea o se baten unos segundos con la Minipimer.

  • Esta ensalada es apta para Diabéticos (ajustando el tamaño de ración a las calorías permitidas), Intolerantes al Gluten y a la Lactosa. No es apta para veganos ni vegetarianos.
  • Palitos de Mar: El término «surimi», de origen japonés, significa «músculo de pescado picado» y es la materia prima para la elaboración de productos como palitos de pescado o sucedáneos de marisco (palitos de cangrejo, sucedáneos de angulas, colas de langosta), disponibles tanto refrigerados como congelados. La elaboración de surimi se remonta a miles de años en Japón. Los pescadores comenzaron a producir artesanalmente —a partir del músculo desmenuzado de algunos pescados frescos— un producto tratado por calor al que denominaron «kamaboko». Así conseguían dar salida comercial a pescados que no se consumían y aumentar su período de conservación. En los años 70 Japón vio crecer la producción de «surimi», que se expandió a Europa una década después. Para la obtención de «surimi» se utilizan las especies de pescado más abundantes, de escasa salida comercial o bajo costo, y los restos procedentes del proceso de fileteado. Las especies más utilizadas son abadejo de Alaska, platija, fletán, etc. Los pescados se limpian y lavan varias veces para eliminar escamas, piel, vísceras, sangre e impurezas, y así obtener el músculo limpio, del que posteriormente se elimina el agua. Se obtiene así un gel o pasta (el «surimi») que se mezcla con aditivos tales como los aglutinantes (almidones, proteína de soja, caseinatos, etc.), que mejoran la textura, la hacen más estable y favorecen la retención del agua necesaria; los polifosfatos, para conseguir la textura que hace posible la fabricación de los sucedáneos; los potenciadores de sabor (glutamato monosódico E-621), que aumentan el sabor de los aromas utilizados para realzar la materia prima; los conservantes (sal, ácido sórbico); y por último, los saborizantes y colorantes. La mezcla final se calienta hasta que adquiera la consistencia de gel que permita darle la forma deseada. El producto ya está listo para el envasado y refrigeración o congelación posterior. El surimi más conocido en occidente es el kanikama —en japonés—, también conocido por «Palitos de cangrejo»; un surimi de color blanco y sin apenas sabor ni olor, que han condimentado de tal forma que todas sus características organolépticas (color, olor, sabor, textura) recuerdan a las del cangrejo. Porción comestible 100 g por cada 100 g de producto fresco o congelado, 70 Kcal/100 g. Desde el punto de vista nutricional, estos productos elaborados con surimi aportan proteínas de alto valor biológico (10 g), ya que conservan buena parte de las proteínas de los pescados empleados como materia prima pero en menor proporción que los pescados originales. La cantidad de grasa varía de unas marcas a otras; siendo la cantidad más baja encontrada equivalente a 0,4 g por 100 g de producto. La grasa empleada es, en todos los casos, de origen vegetal. El contenido en hidratos de carbono (un máximo del 7%) se debe a la adición de azúcares como sustancias crioprotectoras que protegen las características del producto durante la congelación, y de almidones que consiguen la textura adecuada. Con la operación del lavado se pierden vitaminas hidrosolubles y minerales, por lo que estos nutrientes se presentan en inferior proporción que en los pescados originales. Con respecto a los micronutrientes, es fuente de fósforo (282 mg), potasio (112 mg), selenio (28,1 microg), calcio (13 mg) y hierro (0,8 mg) y vitamina B12 (1 microg). También contiene pequeñas cantidades de A, grupo B  y E  En resumen, la composición nutricional de estos sucedáneos es distinta a la del pescado de origen: tienen más hidratos de carbono, menos proteínas, más sal y, en ocasiones, más grasa.  (Fuente: Fundación Española de Nutrición).
  • La ensalada es rica fibra, proteínas vegetales, proteínas animales de calidad, potasio, vitaminas A, C y carotenos. Contiene minerales (fósforo, potasio, sodio, calcio, magnesio, yodo, selenio, hierro), vitaminas (grupo B completo, D, E, K y retinol).
  • Comentarios para Deportistas: La salsa rosa hace que la ensalada sea muy rica en grasas. Si se cambia esta por una salsa de yogur, mucho menos grasa, por su elevado aporte en vitaminas, minerales y antioxidantes (que contrarrestan los radicales libres producidos por el ejercicio físico) así como su contenido en proteínas de calidad y fibra, lo un plato interesante para formar parte de la dieta base del deportista y del menú de entrenamiento y/o competición.  
  • Aporte calórico: El total de la ensalada aporta 227 Kcal y la salsa rosa 375 Kcal. Total, 602 Kcal (de 150 a 201 Kcal por ración, según tamaño).

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