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miércoles, 16 de diciembre de 2020

Raviolis de Calabacín Rellenos de Champiñones Portobello y Queso Ricota

Ingredientes (4 raciones):

2 calabacines (700 g), 4 champiñones Portobello (200 g), 1 cebolla dulce (125 g), 3 - 4 dientes de ajo, 175 g de queso Ricota, 50 g de queso rallado, 15 g de aceite de oliva virgen extra, sal y 1 cayena. 
Para la Bechamel: 30 g de mantequilla light, 40 g de harina, 500 cc de leche semidesnatada, sal y pimienta. 

Elaboración:

Cortar los calabacines en sentido longitudinal en lonchas finas y hacerlas a la plancha 1 minuto por cada lado. Picar finamente el ajo y la cebolla y sofreír los. Añadir los champiñones cortados muy finos y dejarlos hacerse. Cuando doren, añadir el queso y retirar del calor. Coger una tira de calabacín y cruzarla con otra. Introducir una cucharada abundante de relleno y cerrar formando un paquete.  

La Bechamel, en Thermomix: Poner en el vaso del Thermomix la mantequilla y programar 3 minuto/100ºC/velocidad 1. Añadir la harina y programar 3 min./100ºC/velocidad 1. Incorporar el resto de los ingredientes y programar 6 min./90ºC/velocidad 4. (La receta ha sido elaborada con Thermomix).

La Bechamel, por el método tradicional: Poner en la sartén la mantequilla y cuando ésta se derrita, añadir la harina, mezclar bien para que no se hagan grumos e ir incorporando la leche poco a poco sin dejar de revolver, para que no se hagan grumos. Incorporar la sal y la pimienta y mezclar bien. Servir inmediatamente.

Colocar los raviolis en fuente de hornear, cubrir con la bechamel y espolvorear por encima el queso rallado  e introducir al horno precalentado a 180°C durante 20 - 25 minutos. 



  • Este plato es apto para vegetarianos y Diabéticos (ajustando la ración a las calorías diarias permitidas). No es apto para Intolerantes a la Lactosa ni al Gluten.
  • El calabacín es una planta herbácea anual de la familia de las cucurbitáceas, oriunda del Nuevo Mundo, cuyo fruto se emplea como alimento. Presentan grandes flores amarillas son unisexuales. Estas flores son comestibles, y resultan un bocado exquisito para la alta cocina contemporánea. Los frutos son alargados y varían mucho en tamaño, dependiendo de la variedad. La cáscara es lisa, dura y también varía en color. Las variedades que se siembran en mayo o junio son de piel verdi-blanca mientras que las sembradas en marzo son de piel oscura. También hay calabacines de tipo baby, que dan ejemplares pequeños, y que se usan para preparar platos especiales con verduras miniatura. Se siembran a principio de la primavera, para consumirlo como verdura. Los calabacines se encuentran disponibles todo el año en nuestros mercados. Su mejor época de consumo y recolección es de noviembre a agosto. Porción comestible 70 g por cada 100 g de producto. Contienen proteínas, vitamina C y mucílagos. El calabacín es una de las hortalizas con menor contenido calórico (14 Kcal/100 g). A diferencia de la calabaza, aporta menos fibra (0,5 g/100 g) y más agua que ésta (96,5 g/100 g). Además, mientras que la calabaza es rica en b-carotenos, el contenido de éstos en el calabacín es muy bajo. Es rico en vitamina C, potasio y calcio. Contiene vitaminas del grupo A (4,5 µg), B (excepto B12) y C (22 mg), minerales: Hierro (0,4 mg), calcio (24 mg), potasio (140 mg), selenio (1 µg), magnesio (8 mg) y fosfato (17 mg). Destaca la presencia de mucílagos (tipo de fibra soluble de naturaleza viscosa). (Fuente: Fundación Española de Nutrición).
  • El Champiñón es el cuerpo fructífero del hongo Agaricus bisporus, perteneciente a la familia de las agaricaceas. Está formado por tres partes bien diferenciadas: «el sombrero», de color blanco y forma redondeada, que es la parte más carnosa del hongo; «el pie», cilíndrico con anillo —también de color blanco, que sirve de soporte al sombrero; y el «himenio» o conjunto de laminillas dispuestas a manera de radios, que van desde el pie hasta el borde externo del sombrero en el que se forman las esporas. El cultivo del champiñón nació en Francia aproximadamente a principios del siglo  XX (de ahí su nombre Seta de París). Precisamente, fueron los campesinos franceses los primeros en cultivar —con espectacular éxito los micelios de este hongo, sembrándolos encima de estiércol de caballo, en cavas, sótanos, bodegas, etc.; es decir, en lugares oscuros y húmedos, que estuvieran a una temperatura que no se alejara de los ideales 12-18ºC. De Francia pasó a los países vecinos y posteriormente a América. En la actualidad, los sustratos para cultivar los champiñones se preparan de otra forma. Ahora se hacen mezclas higienizadas procedentes de residuos de la agricultura. Los champiñones son muy productivos, y transforman rápidamente la materia orgánica, produciendo en tres o cuatro semanas unos 3 kg de setas por metro cuadrado de lecho. Aunque están disponibles durante todo el año, son los meses de primavera los que corresponden a los champiñones de temporada. Porción comestible 80 g por cada 100 g de producto  fresco, 31 Kcal/100 g, aporta un bajo contenido energético. Después del agua, su principal componente son los hidratos de carbono (4 g), 1,8 g de proteínas, 0,3 g de lípidos y 2,5 g de fibra. Dentro de las vitaminas, destaca su contenido en niacina (de hecho es uno de los vegetales con mayor contenido en esta vitamina), riboflavina y ácido fólico. La niacina y la riboflavina contribuyen al metabolismo energético normal. En el caso de los minerales, es fuente de potasio (470 mg), fósforo (115 mg), calcio (9 mg), magnesio (14 mg) y selenio (9 mg). Los champiñones Portobello (Agaricus brunnescens) son una variedad de seta de cultivo deliciosa, son de la misma familia que el champiñón blanco  pero ofrecen una textura más firme y tersa, un sabor más dulce y fresco, delicado y seductor. Tiene un sombrero de color marrón tostado, pero su interior es blanco y limpio. Está considerado como el champiñón exótico y dadas sus características, los Portobello son ideales para hacer a la parrilla. se pueden laminar finamente e incluirlos en las ensaladas, con unas gotas de aceite y sal en escamas, pueden realzar el valor culinario de muchos platos. También son aptos para los guisos, para hacerlos a la plancha o para elaborar una salsa que aderece otros platos.  (Fuente: Fundación Española de Nutrición).
  • Es un plato muy rico en potasio y fibra,  rico proteínas animales de calidad, proteínas vegetales, calcio, sodio, vitaminas A, C, K, retinol y carotenos. Contiene cantidades importantes de vitaminas D, E, ácido fólico y otros minerales (magnesio, selenio, yodo, fósforo y hierro) y cantidades menores de cinc y selenio, y vitaminas del grupo B completo.
  • Comentarios para Deportistas: Las verduras son muy importantes en la dieta del deportista. Por su contenido en vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes y proteínas de calidad es un plato adecuado para formar parte de la dieta base del deportista así como de la de entrenamiento y/o competición.
  • Aporte calórico: La receta completa aporta 772 Kcal los raviolis y 475 Kcal la bechamel, total 1247 Kcal, 312 Kcal por ración.

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