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martes, 24 de diciembre de 2019

Peras al Vino (receta de Amelia Miranda)

Ingredientes (8 - 10 raciones):

8 peras conferencia (1100 g, una vez peladas y limpias),  peladas, sin semillas y partidas en cuartos,  1 cucharada de miel (20 g),  2 palos de Canela, la piel de media naranja, sin parte blanca, 3 clavos, 200 g de azúcar y 500 cc de vino tinto (nosotros utilizamos vino de la Hacienda Zorita), 

Elaboración:

Pelar, lavar y cortar las peras en cuartos.

En Thermomix: Poner en el vaso el vino, el azúcar, la miel, la peladura de naranja, la canela y los clavos. Introducir los cuartos de pera el recipiente de la bandeja varoma, situar el varoma en su posición y programar 25 minutos/varoma/giro inverso/velocidad 1. Colar el vino e introducirlo en una cazuela junto con las peras y dejarlo reducir al menos 1 hora, hasta que las peras estén tiernas y el vino haya espesado. Se pueden servir templadas o frías.

De la manera clásica: Introducir los líquidos con la peladura de naranja, la canela, los clavos, el azúcar y la miel en una olla o cazuela y llevar a ebullición. Introducir las peras y dejar a fuego lento (al menos 1 hora), hasta que las peras estén tiernas y la salsa se haya espesado, colar el vino y servir, templado o caliente.




  • Estas peras son aptas para vegetarianos, Intolerantes al Gluten y a la Lactosa. No son aptas para veganos (hay una opción, si se sustituye la miel por azúcar) ni Diabéticos.
  • La Pera es un fruto carnoso con forma oval o redondeada del peral, árbol de la familia de las rosáceas. Es una fruta de piel delgada, de pulpa jugosa y sabor dulce. En excavaciones arqueológicas se han encontrado vestigios de este árbol que datan de 3,000  años a.C. No existen pruebas que evidencien su consumo entre egipcios, griegos y semitas. Sin embargo, en estado silvestre, se hallaba distribuida por las zonas templadas de Europa y Asia Central. Los responsables de la difusión y mejora de su cultivo fueron los romanos, quienes desarrollaron nuevas variedades de este fruto mediante técnicas de injerto. De hecho, Plinio dejó testimonio escrito de su importancia en la antigua Roma describiendo 38 variedades de pera. Hoy por hoy existen muchas variedades naturales e híbridas de pera, de las cuales unas son más dulces que otras. Según su color, pueden ser blancas, amarillas, verdes, rojas o pardas. En España las especies más conocidas y cultivadas son: Blanca de Aranjuez o Blanquilla, Castell o Pera de San Juan, Comice, Conferencia, Ercolina, Limonera y de Roma. En función de la variedad, podemos disponer de esta fruta en distintas épocas del año, a excepción de la pera común o Blanquilla que está disponible el año entero. La variedad Castell o Pera de San Juan la encontramos en su mejor momento de consumo durante los meses de junio y julio; la de Comicio en los meses de septiembre hasta abril; la Ercolina desde junio hasta octubre y la Limonera de julio hasta septiembre. Porción comestible 88 g por cada 100 g de producto fresco, 49 Kcal/100 g.  Aunque según el Reglamento 1924/2006  relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos no se pueda destacar ningún nutriente como “fuente” o “alto contenido”, sí se puede resaltar un aporte de potasio (130 mg) y vitaminas A (10 microg) y C (3 mg). La pera aporta cantidades apreciables de fibra (2,3 g), especialmente de tipo insoluble, rica en lignina. Contiene flavonoides, compuestos con carácter antioxidante (quercetina y kaempferol), y catequinas (catequina y epicatequina). También aportan pequeñas cantidades de lignanos, una clase de fitoestrógenos. En su composición también presenta ácidos orgánicos como los hidroxiácidos no fenólicos (ácidos málico y cítrico que son los más abundantes) y ácidos fenólicos hidroxicinámicos (ácido cafeico). (Fuente: Fundación Española de Nutrición).
  • La Canela es un condimento aromático utilizado en diversas preparaciones culinarias. Es rica en mucílagos, gomas resinas, cumarinas y taninos que le confieren propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antibacterianas, antivirales, antifúngicas, antiespasmódicas, anestésicas y probióticas, estimulando las defensas del organismo y proporcionándole diversos beneficios a la salud. Entre ellos, ayuda a controlar la diabetes, mejora trastornos digestivos, combate infecciones en las vías respiratorias, disminuye la fatiga y mejora el estado de ánimo, ayuda a combatir el colesterol y reduce el apetito y la acumulación de grasa. Contiene minerales, como calcio, hierro, magnesio, sodio zinc, potasio y fósforo, y vitaminas B y C. En cocina, está indicada tanto para platos dulces como para los salados. Asimismo, es un fuerte potenciador del sabor., utilizado en bebidas calientes como café y chocolate. Ramón Cangas, dietista-nutricionista, dice que la canela también “mejora los niveles de glucosa en ayunas”, por lo que puede ser una aliada para prevenir la diabetes y que “reduce la presión arterial, reduce la grasa corporal e incrementa la masa magra”. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demostró en 2006 que la canela, junto con otras especias, es uno de los alimentos con mayor actividad antioxidante. También se ha demostrado que ayuda a reducir el colesterol y gracias a su contenido en vitamina C, ayuda a asimilar el hierro, que de otra forma no se absorbe.
  • El Vino es una bebida alcohólica obtenida de la uva mediante fermentación alcohólica de su mosto o zumo; la fermentación se produce por la acción de levaduras que transforman los azúcares del fruto en alcohol etílico y anhídrido carbónico. No sería aventurado afirmar que el vino aparece a la vez que la propia civilización, por ello los primeros testimonios del cultivo de viñedos parecen datar del año 7.000 a.C., en una región ubicada al sur del Mar Negro, en las fértiles llanuras de Sumeria, en la antigua Mesopotamia, por ello esta civilización fue la verdadera cuna del vino en la antigüedad. Las primeras referencias documentadas nos llevan a la antigua Grecia, donde se bebía mezclado con agua y se conservaba en pellejos de cabra. Ya en Egipto, Grecia y Roma se adoraba a Dioniso o Baco (dios de los viñedos) y en la Biblia se cita varias veces, incluso en la Última Cena. Sabemos que en China, hace 4.000 años, ya conocían el proceso de fermentación de la uva, y que en Egipto, en el siglo IV a.C. ya conocían la viticultura. Julio César fue un gran apasionado del vino y lo introdujo por todo el imperio romano. Son muchos los tipos de vinos que existen, cada uno de ellos con sus propias características y particularidades. Se pueden clasificar de varias formas; una puede ser atendiendo a que en su elaboración se utilicen una o distintas variedades de uvas: monovarietales o multivarietales, otra forma puede ser atendiendo a que contengan o no anhídrido carbónico: tranquilos o espumosos. Otra forma puede ser considerando su contenido en azúcares: secos, semisecos, abocados, semidulces y dulces. Los vinos tintos se elaboran mayoritariamente a partir de uvas tintas. Como el color está en el hollejo, normalmente la fermentación se debe realizar con el mosto y el hollejo, y sólo una vez terminada la fermentación (unos 20 días) se procede al descube o sangrado. El vino tinto se puede envejecer, y en función del tiempo que pase en tonel, barrica y botella, se suele clasificar en: joven o cosechero: entre cero y seis meses en barrica de madera, crianza: dos años de vejez, de los cuales al menos seis meses en madera, reserva: tres años de vejez, de los cuales al menos uno en madera y gran reserva: cinco años, de los cuales al menos dos en madera. Los vinos blancos se pueden elaborar con uvas blancas o tintas aunque en este caso separando el mosto del hollejo inmediatamente, para que no le dé color. En general la fermentación se realiza con mosto, separado de hollejos, pepitas, raspones, etcétera, y aunque no es frecuente añejarlo, existen vinos blancos con crianza. Los vinos generosos de Jerez son secos como consecuencia de haber sido elaborados con mosto completamente fermentado y según su crianza se dividen en fino, manzanilla, amontillado, oloroso, palo cortado y vinos dulces: Pedro Ximénez y moscatel. Se encuentra disponible durante todo el año. Porción comestible 100 g por cada 100 g de producto, 78 Kcal/100 g. El vino contiene agua, alcohol, azúcares no fermentables, ácidos orgánicos, sales minerales (potasio, 110 mg y pequeñas cantidades de calcio, hierro, magnesio y fósforo) y muy pocas vitaminas del grupo B; además de sustancias colorantes y taninos con potente capacidad antioxidante. Se trata de uno de los alimentos tradicionales dentro de los patrones dietéticos mediterráneos y si se consume debe ser de forma moderada y ocasional en población adulta sana no gestante.
  • Este plato es rico en antioxidantes (taninos), potasio y  fibra. Contiene otras vitaminas (grupo B, excepto B12, A y carotenos) y minerales (sodio, calcio,  magnesio,  fósforo,  yodo y algo de hierro).
  • Comentarios para Deportistas: por su elevado contenido en azúcar NO es un postre recomendable para formar parte de la dieta base del deportista. Puede sustituirse el azúcar por cualquier edulcorante acalórico (acesulfame, taumatina, neohesperidina dihidrocalcona...), en cuyo caso, SI se podría incluir en la dieta  base.
  • Aporte calórico: El postre completo aporta 1788 Kcal, de 178 a 235 Kcal por ración, según  tamaño de la misma. 

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