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lunes, 21 de septiembre de 2020

Flan (receta de Puri)

Ingredientes (6 raciones):

80 g de azúcar, 300 ml de leche entera, 2 huevos, 1 yema, caramelo líquido (6-12 cucharaditas = 30 - 60 g, 387 Kcal/100 g) y 250 cc de agua. Opcionalmente se puede añadir media cucharadita de vainilla.

Elaboración:

En Thermomix: Poner el azúcar en el vaso del Thermomix, junto con la leche y los huevos y mezclar 2 minutos y 30 segundos/40°C/velocidad 3. Mientras tanto, vaya vertiendo el caramelo líquido en cada flanera individual. Poner el agua en el vaso y calentar 5 minutos/100°C/velocidad 1. Mientras tanto tapar los flaneras individuales o si se hizo un flan más grande taparlo con film transparente o con papel de aluminio y colocarlos en el recipiente Varoma. Situar el varoma en su posición y programar 11 minutos/varoma/velocidad 1. Retirar y dejar enfriar los flanes durante al menos una hora antes de meterlos en el frigorífico. (Yo he elaborado la receta con Thermomix).

De la manera tradicional: Poner el azúcar en el vaso de la batidora, junto con la leche y los huevos y batir hasta que quede una mezcla fina. Ponerlo en una cazuela, a fuego lento hasta que caliente, durante unos minutos, revolviendo sin parar. Mientras tanto, vaya vertiendo el caramelo líquido en cada flanera individual. Mientras tanto tapar los flaneras individuales o si se hizo un flan más grande taparlo con film transparente o con papel de aluminio e introducirlos en el horno, al baño de María, unos 10 minutos (hasta que cuaje). Retirar y dejar enfriar los flanes durante al menos una hora antes de meterlos en el frigorífico. 
Tener en el frigorífico al menos 4 horas aunque lo ideal es hacerlos de un día para otro. Dar la vuelta a la flanera y colocarlo sobre un plato. Servir frío.





  • Este postre es apto para vegetarianos e Intolerantes al Gluten. No es apto para veganos, Diabéticos (tiene una opción, cambiando el azúcar por cualquier edulcorante no calórico: sucralosa, estevia, tagatosa, sacarina...o calórico, pero que no suba la glucemia: lactitol, manitol, sorbitol...) ni Intolerantes a la Lactosa (hay una opción cambiando la leche por cualquier leche vegetal: de coco, avena, avellana, almendra, arroz...).
  • El huevo es el cuerpo germinativo producido por las aves en su proceso de reproducción. En la alimentación se pueden incluir huevos de muy variadas especies, pero al que nos referimos es al huevo de gallina, hembra de la especie Gallus gallus o Gallus domesticus. Otros, de consumo muy inferior, son los huevos de codorniz (Coturnix coturnix). Las partes del huevo son: la cáscara (8-11%), una barrera protectora, constituida por una matriz de proteínas, polisacáridos y numerosos cristales, en disposición radial, hacia el interior; la clara (56-61%), porción líquida blanquecina, muy viscosa, que es una disolución acuosa de proteínas, principalmente albúminas, con azúcares y minerales; y la yema (27-32%), de forma esférica y sostenida en el centro por las chalazas, constituida por una serie de capas amarillentas y blancuzcas, que se alternan concéntricamente. La yema es una emulsión de grasa en agua, con componentes proteicos y lipídicos. Es una solución proteica en la que están dispersas lipoproteínas en gran número de gránulos. La yema contiene prácticamente casi toda la grasa del huevo. Estacionalidad Los huevos están disponibles en el mercado durante todo el año, y el Código Alimentario Español (CAE) los clasifica según su estado de conservación como: huevos frescos (menos de 15 días de su puesta), huevos refrigerados (de 15 a 30 días de su puesta, a T < 4ºC), huevos conservados (de 30 días a 6 meses, T = 0ºC), huevos defectuosos (con olor y sabor no característicos), y huevos averiados (impropios para el consumo humano). Porción comestible 88 gr por cada 100 gr de producto fresco, 150 Kcal/100 g. El huevo es un alimento de elevado valor nutritivo, y con un aporte de energía no muy elevado (unas 75 Kcal/unidad de tamaño medio). La proteína es de máxima calidad (12,5 g), por su elevado poder biológico. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) la toma como término de referencia, al presentar proporciones equilibradas de todos los aminoácidos esenciales. En la clara del huevo, algunas de estas proteínas son: la ovoalbúmina (54% de las proteínas de la clara), conalbúmina, ovomucina, ovomucoide, etc., en la yema: las proteínas de los gránulos (lipovitelina, lipoproteínas LDL y fosfovitina), las proteínas del plasma (lipovitelinina y livetina). Respecto a las grasas (11,1 g), el huevo incluye un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados. Contiene también poliinsaturados: omega 3 y 6. De entre las vitaminas destacan las vitaminas D (1,75 μg) y A (190 microg), y las del grupo B (B12, B2 o riboflavina, B3 o niacina y folatos) y E. Entre los minerales, el fósforo (200 mg, por su elevado contenido en fosfolípidos), el yodo (53 mg), calcio (57 mg) y el selenio (11 μg). Además hay pigmentos, de entre los que destacan los carotenoides asociados a lipoproteínas y las xantofilas (zeaxantina y luteína) con carácter antioxidante. (Fuente: Fundación Española de Nutrición).
  • La Leche: Se entiende por leche natural (CAE) el producto íntegro, no alterado ni adulterado y sin calostros del ordeño higiénico, regular y completo e ininterrumpido de las hembras domésticas sanas y bien alimentadas. La principal leche de consumo humano en España es la leche de vaca, seguida de la leche de oveja y de cabra. Cuando se modifica su composición, sustrayendo su fracción grasa se denomina leche desnatada, que tiene que tener como máximo un 1% de materia grasa, lo que va a determinar el menor valor energético de este alimento, respecto a la leche entera o semidesnatada (1,5% materia grasa, 34 Kcal). El consumo regular de leche por parte del hombre se remonta al Neolítico, aproximadamente 6.000 años a. de C. El hallazgo de pinturas rupestres en el desierto del Sahara indica que el ordeño existía hace unos 4.000 años a. de C. En el Antiguo Testamento se habla de la leche, describiéndose a la Tierra Prometida como tierra que mana leche y miel. En Roma y en Grecia la leche de vaca y la mantequilla no eran muy populares, pero la de cabra se empleaba en la cocina y para hacer quesos y la de asno y la de yeguas como medicina. Esto se debió a que la leche y la mantequilla no eran alimentos fáciles de conservar en el cálido clima mediterráneo, donde se usaba como grasa el aceite de oliva. Es más, los griegos y los romanos pensaban que beber leche era una costumbre bárbara. Según el escritor romano, Plinio, la leche se usaba para blanquear la piel de las mujeres y, además de Cleopatra, Popea, la esposa de Nerón, viajaba con cientos de cabras para bañarse en su leche. Por su parte, Marco Polo, quien viajó a China a finales del siglo XIII, descubrió que los tártaros, que tomaban leche de yegua, la secaban al sol después de separar la mantequilla y más tarde la bebían ligada con agua. Se encuentra disponible durante todo el año. Porción comestible 100 g por cada 100 g de producto fresco, 66 Kcal/100 g. La leche constituye el mejor aporte de calcio (121 mg), proteínas (3,1 g) y otros nutrientes necesarios para la formación de huesos y dientes. Durante la infancia y adolescencia se aconseja tomar la leche entera, ya que conserva la energía y las vitaminas A y D ligadas a la grasa. En la edad adulta también es importante mantener un consumo adecuado, con el fin de favorecer la conservación de la masa ósea, contribuyendo así a prevenir la desmineralización de los huesos, causa frecuente de osteoporosis y fracturas. Este efecto cobra aún más importancia en las mujeres durante las etapas de adolescencia, embarazo, lactancia y menopausia. Contiene también minerales como el yodo (90 μg), magnesio, sodio y potasio. La grasa de la leche (3,6 g) resulta fácil de digerir, ya que se encuentra en forma de pequeños glóbulos rodeados de una fina capa protectora. Sin embargo, dado el contenido calórico de la leche entera, personas con sobrepeso, obesidad y alteraciones de lípidos en sangre, pueden optar por la leche semidesnatada (44 Kcal/100 g) o desnatada, con menor cantidad de grasa y, en consecuencia, también de calorías y colesterol. A pesar de su valor nutritivo, la leche de vaca está contraindicada en algunas situaciones concretas, como en el caso de quienes sufren intolerancia a la lactosa, galactosemia y alergia a la leche.
  • Es un postre rico en proteínas animales de calidad, calcio, potasio, fósforo, yodo, sodio, hierro, vitaminas A, ácido fólico, retinol, carotenos, ácidos grasos omega 3 y 6. Contiene otras vitaminas (grupo B completo, D y E) y minerales (selenio, cinc, magnesio).
  • Comentarios para Deportistas: por su riqueza en proteínas de calidad, minerales, antioxidantes y vitaminas es un postre adecuado para formar parte de la dieta base del deportista y/o dieta de entrenamiento competición. No obstante, se recomienda utilizar leche semidesnatada y menores cantidades de azúcar .
  • Aporte calórico: La receta completa aporta  640 Kcal, 110 Kcal por ración, hecha con 30 g de caramelo y 756 Kcal echa con 60 g de caramelo.. 

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